Una pareja de investigadores desarrolló un curioso cubrebocas transparente que además de proteger a su portador, puede analizar la calidad del aire para evitar ponerse en riesgo en espacios públicos.
El nombre de este artículo es CLIU, fue desarrollado cumpliendo las medidas de prevención necesarias ante la actual pandemia así como de opciones de accesibilidad ya que es un dispositivo transparente.
Dicha característica permite que las personas con problema auditivos puedan leer los labios con quién sea que estén hablando, permitiendo una comunicación eficaz aún con el uso de este importante artículo.
Fabricado en Italia, este cubrebocas se sanitiza automáticamente, por lo que en todo momento puede mantener sano y salvo a su usuario donde quiera que se encuentre.
Los materiales con los que está fabricado, permiten que no se empañen con uso, además gracias a sus sensores es posible conocer a través de la aplicación para dispositivos móviles la frecuencia cardiaca y el nivel de respiración.
Su centro de carga integra un sistema de luz ultravioleta que le permite ser sanitizado en cada carga a los pocos minutos de iniciar este procedimiento.
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