Sea a tierra mojada, o simplemente el olor de la lluvia, cada que se acerca este fenómeno o después de que llueve es posible percibir un peculiar olor en el ambiente y que suele ser mucho más intenso cuando no ha llovido en un largo tiempo.
El olor de la lluvia a ciencia cierta no corresponde a la lluvia misma, sino a la humedad del suelo. El petricor o el olor a lluvia se “encontró” en 1964 cuando el término apareció por primera vez en la revista científica Nature, pero casi medio siglo después los científicos aún están analizando qué ocurre específicamente para que percibamos ese olor que seguramente más de una persona ha ligado a recuerdos de infancia.
El olor de la lluvia proviene de los aceites de las plantas que se producen en los periodos de sequía, de ahí el olor de la lluvia sea más intenso cuando no ha llovido en mucho tiempo. Pero en específico, este peculiar olor se origina en los procesos de químicos que resultan de la actividad de los microorganismos.
El proceso comienza con las actinobacterias, unos microorganismos que descomponen la materia orgánica muerta, creando un compuesto químico llamado geosmina. Entonces, los aceites de las plantas reaccionan con la humedad en el ambiente y la lluvia misma que al caer en el suelo dispersan tanto la geosmina como otros compuestos que pueden estar atrapados tanto en plantas como la tierra o piedras, liberando entonces este característico olor.
Fuente:
Cultura Colectiva
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