Los festejos para el Año Nuevo en la CDMX serán en la Glorieta de la Palma, en Paseo de la Reforma. Se espera que el evento sea todo un show cómico mágico musical con Margarita “La Diosa de la Cumbia” echándose un palomazo, pero lo más importante es que tendrán una nueva particularidad: no habrá fuegos artificiales.
Si pasamos los festejos navideños con dolores de cabeza y respirando plomo porque hubo contingencia ambiental en el Valle de México, las autoridades quieren evitarlo este próximo 31 de diciembre.
Para despedir el 2018, las condiciones climatológicas no se prestan en lo absoluto para ver fuegos artificiales, pues se espera frío intenso y muy poco viento.
Los fuegos artificiales son como aventarle un coctel de químicos a la atmósfera y algunos durante un buen rato son dañinos para las personas que se los fuman y al medio ambiente que tiene la suerte de prestarse de fondo para el espectáculo multicolor.
Volvamos por un segundo a las clases de laboratorio de secundaria: cada color distinto que se puede apreciar es una reacción química de diferentes metales ante el fuego. Por ejemplo, el cobre brilla verde, el bario azul y el estroncio se ve rojizo. A eso agréguenle que muchas veces las chispitas que los acompañan son cobre, titanio o antimonio.
Algunos fuegos artificiales contienen percloratos para permitir la oxigenación durante la explosión. La cosa es que estos se pueden disolver fácilmente en agua y terminan contaminando ríos, lagos, mares y fuentes de agua potable.
Las autoridades de la CDMX anunciaron que instalarán pantallas y los fuegos artificiales serán todavía más falsos pues tendremos un espectáculo digital.
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