Escuchar música a niveles muy altos de volumen o exponernos a ruidos intensos, es un riesgo latente para nuestra capacidad auditiva a largo plazo. Y si bien no es nada nuevo, una investigación reciente pone sobre la mesa algunos datos importantes a tomar en cuenta para combatir la pérdida auditiva en un futuro.
Una investigación publicada en la revista a mediados de este mes de noviembre, se basa en el análisis de más de 30 estudios estudios realizados entre 2000 y 2021. Estas bases de datos, a su vez, recaban su información de acuerdo al hábito de uso de auriculares y la asistencia de la gente a lugares de esparcimientos como bares, discotecas, conciertos y otros sitios donde el público se expone a volúmenes intensos de música.
Es decir, se examinaron pruebas de aproximadamente 19 mil jóvenes en el rango de edad antes mencionada y los resultados arrojados dicen lo siguiente: 24% de estas personas escuchaban música a altos volúmenes en sus audífonos, mientras el 48% estaban expuestos a un rango de ruido considerable en lugares públicos de esparcimiento.
Y ahí les va otro dato importante. Aquellos que regularmente escuchan música desde sus dispositivos y en sus audífonos, suben el volumen a un promedio de hasta 105 decibeles. Por otro lado, en lugares como bares, discotecas o conciertos, el sonido alcanza un rango de entre 104 y 112 decibeles.
Pues bien, esas cifras superan por mucho los 80 decibeles, que es el nivel que los expertos y la comunidad científica consideran adecuado para no ponernos en riesgo de pérdida auditiva.
El estudio menciona que, tomando en cuenta que la población mundial en el rango de 12 a 34 años de edad es de 2800 millones de personas, entre 670 millones y 1350 millones de personas corren el riesgo de perder la capacidad auditiva si no empiezan a establecer hábitos de escucha más saludables.
Por fortuna, la manera de contrarrestar estos riesgos no es nada difícil. Por un lado, la sugerencia para la gente que escucha música con el volumen alto es que limiten la exposición de ser posible. Es decir, que reduzcan el tiempo de escucha en auriculares.
La otra opción es que se utilicen tapones auditivos cuando nos encontremos en lugares donde la exposición a ruido alto es muy marcada. Y la otra es que procuremos alejarnos lo más posible de los altavoces en eventos musicales.
Como dijimos, esto no es nada nuevo como tal, pero tener las cifras aproximadas de los hábitos de escucha no está de más para empezar a tener más precauciones con la salud auditiva.
Fuente:
Sopitas
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