Científicos y científicas del grupo de investigación ‘Instrumentación y Ciencias Ambientales’ de la Universidad de Cádiz (España), en colaboración con expertos italianos, han desarrollado una ‘lengua electrónica’ formada por dos sensores que registra una serie de parámetros físicos y químicos esenciales para analizar del mosto y determinar el grado óptimo de maduración de la uva.

Este sistema actúa como las papilas gustativas, detectando en apenas cinco minutos sabores, texturas y grado de maduración de la uva. Además, es un proceso más rápido que las pruebas tradicionales realizadas en el laboratorio, que exigen recopilar estos valores uno a uno. Con este método, los expertos han conseguido disponer de 18 parámetros esenciales con tan solo cuatro ensayos.
En concreto, esta técnica realiza un barrido electroquímico durante cinco minutos y tras ese intervalo de tiempo arroja respuestas de los diferentes indicadores relacionados con las propiedades organolépticas del vino, así como otras características químicas.
Entre estas variables, destacan los componentes que proporcionan el gusto del vino, la tonalidad (intensidad); el color; la luz que pasa a través del vino (la densidad óptica); el contenido en polifenoles, el grado de sequedad, acidez, fructosa y azúcares, así como el pH.
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